Un nuevo rumbo para la Unión Europea

Un nuevo rumbo para Europa es el objetivo de la CES, donde democracia y ultraliberalismo son claramente incompatibles.

El 25 de Mayo son las Elecciones al Parlamento Europeo ante las que el sindicalismo europeo no es equidistante, tiene posición y proyecto para Europa y de manera inmediata para responder a la situación de creciente desempleo y de aumento de la pobreza.

Con este objetivo la Confederación Europea de Sindicatos viene reclamando que el presupuesto de la UE y especialmente los Fondos Estructurales se destinen a apoyar el crecimiento sostenible, la inversión y los empleos decentes.

La CES ha propuesto un Plan de Inversiones que permitiría crear 11 millones de empleos, en un marco en el que el sindicalismo europeo ha reiterado que hay alternativas para impulsar el crecimiento, combatir el paro y construir una Europa mas justa y social.

Acabar con las políticas de austeridad y recortes presupuestarios, reclamando un ambicioso Plan europeo de inversiones para la creación de empleos de calidad, es una prioridad para el sindicalismo europeo.

Como no queda al margen el emplazamiento que se viene realizando a las fuerzas políticas para restablecer la cohesión y la justicia social, garantizando que las libertades económicas no tengan prioridad sobre los derechos sociales fundamentales. Además de propugnar el fortalecimiento de la democracia que permita el control de la gobernanza económica europea.

Más Europa si, pero otra Europa también. Una Europa cuya carta de naturaleza sea el Estado del Bienestar, abriendo el camino hacia una Europa política, federal en sus instituciones, con una moneda única sí, pero también con una política económica, presupuestaria y fiscal común.

Donde se reduzcan las diferencias entre el norte y el sur de la UE y también entre el norte y sur de cada uno de los países que la componen.

Una Europa en la que la prioridad sea el restablecimiento de la cohesión y la justicia social, y en este marco el empleo con derechos, hacer frente a los crecientes niveles de pobreza y de desigualdad. El restablecimiento igualmente de unas relaciones laborales equilibradas, que fortalezcan el principio de libertad sindical y derecho a la negociación colectiva, la existencia de unos servicios públicos de calidad e interés general y la garantía de una seguridad social y una política fiscal justa. Una Europa construida desde una concepción solidaria y no asimétrica.

Es necesario por tanto un cambio radical de política, que combine proyectos europeos vinculados a la política industrial, la energía, la innovación o la educación y la formación. Poniendo en el centro junto al desempleo y la pobreza, la lucha contra las desigualdades sociales y las iniciativas vinculadas al cambio de modelo productivo, como exigencia de los desafíos climáticos, energéticos, alimentarios. Con iniciativas también en otros campos, el de las infraestructuras, los transportes, la reconversión de edificios, las energías renovables.

En definitiva otra Europa con otra política.

Publicado en la Revista de Estudios y Cultura 61 de la Fundación 1º de Mayo http://www.1mayo.ccoo.es | 15 de mayo de 2014 y en nuevatribuna.es | 20 de mayo de 2014