Congreso de la CES: Un reto para el futuro del sindicalismo

El XXII Congreso de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) se reunirá en Atenas los días 16 y 19 de mayo de este año. Una cita y, sin duda, un reto muy importante para el sindicalismo europeo.

El sindicalismo europeo se reúne en un escenario difícil y complejo, en plena ofensiva contra el modelo social. Las estrategias de la UE, basadas en las políticas de recorte, en nuevos ajustes presupuestarios y la presión a la baja de los salarios, están ya incidiendo negativamente en la demanda interna europea, añadiendo, así, nuevos obstáculos a la recuperación del crecimiento de la economía y del empleo.

Con más de 23 millones de parados en los Estados miembros, con un crecimiento cada vez mayor de la desigualdades sociales y un ensanchamiento de las zonas de exclusión y pobreza, la UE corre el riesgo de dejar de ser la región del planeta en la que la convivencia de políticas de empleo expansivas con fuertes estados de bienestar ha posibilitado crecimiento, desarrollo y altas cotas de bienestar social.

Acción sindical europea

El congreso de la CES debe articular nuevas iniciativas y mecanismos más fuertes también de vertebración organizativa de los sindicatos nacionales, que lejos de replegarse tienen que fortalecer el trabajo y la acción sindical europea que, tal y como plantea la ponencia que se va a discutir en Atenas, debe basarse en  una Europa con un modelo social dinámico y fuerte, pleno empleo, crecimiento sostenible y una sociedad baja en carbono, igualdad, derechos fundamentales, negociación colectiva, diálogo social, servicios públicos de alta calidad, protección de los migrantes y las minorías, Estados de bienestar, más normas europeas comunes, evitar deslizarse hacia una carrera a la baja, la lucha contra el capitalismo casino, y la promoción de la solidaridad internacional.

Todo ello exige fortalecer el discurso sindical, en lo político y también en cultural, quebrando las tesis neoliberales que sostienen que la existencia de un sistema de derechos y garantías resulta incompatible con un crecimiento económico competitivo, en la medida en que el modelo tradicional de protección de los trabajadores de las mayoría de los países de la Unión Europea resultaría, en líneas generales, responsable de la incapacidad de generar empleo suficiente y de calidad. De estas tesis se desprende la necesidad de reducir, flexibilizar o desregular buena parte de los elementos básicos que configuran el derecho laboral, parte sustancial del modelo social europeo, esto es, un sistema de derechos y garantías.