Empleo estable y con derechos

Han sido 80 las manifestaciones que se han realizado el 1º de Mayo en todo el país y decenas de miles las personas han acudido al llamamiento de CC OO y UGT. La participación ha sido importante, sin caer en la autocomplacencia. La crisis es muy dura y cala en amplios sectores de la sociedad. Las cifras de desempleo y de creciente empobrecimiento, debido a los recortes sociales del gasto público, son, ciertamente, insoportables.

Empleo con derechos y contra los recortes sociales han sido el eje de las manifestaciones sindicales, en las que también se ha insistido con mucha fuerza en la defensa de la Europa social y los derechos de los trabajadores.

El empleo en nuestro país es la prioridad. Los datos del primer trimestre de 2011 de la Encuesta de Población Activa (EPA) son demoledores y reorientar la política económica en nuestro país es hoy ya una cuestión de urgencia.

Cierto es que se están imponiendo políticas desde la Unión Europea, pero no es asumible que para distintas realidades en el seno de la Unión se plantee la uniformidad de las medidas. También es cierto que márgenes en el terreno económico existen en el caso de España.
La capacidad de actuar de manera decidida frente al fraude fiscal nadie lo impide; tampoco acometer una reforma fiscal que, siendo más progresiva, permita un reequilibrio, aunque desajustado, entre los ganadores y perdedores de esta crisis, entre quienes siguen ganando -y mucho, tanto en las etapas de crecimiento económico como en las de crisis-, y entre quienes pierden su valor más preciado, el empleo, que se convierte de hecho en el primer factor de desigualdad social.

Hace falta voluntad política, arrojo político también, para plantear y articular políticas distintas, alternativas, a las que se vienen reclamando desde los Gobiernos de Alemania y Francia que, so pretexto de los intereses europeos, solo responden con atajos, incluidos los electoralistas, a los intereses nacionales de ambos países.

El movimiento sindical está actuando y, digámoslo con absoluta claridad y hagámoselo llegar a propios y extraños, sin este valladar que es el sindicalismo confederal, los retrocesos en este escenario se hubieran multiplicado por cuatro.

Después del Acuerdo Social y Económico, cuando estamos en el proceso de presentación de la Iniciativa legislativa Popular por el Empleo Estable y con Derechos y cuando se escriben estas notas, en pleno e intenso proceso de negociación sobre la reforma de la negociación colectiva, es necesario que se produzca un punto de inflexión en la política económica y en la sociolaboral. Proceso que debe impulsar el movimiento sindical, priorizando las exigencias en las políticas de empleo y con relación a la población joven, y reclamando políticas que sigan concibiendo lo social como factor de crecimiento.